martes, 6 de noviembre de 2012


BUEN TRATO Y SANA
CONVIVENCIA
¿Cómo se aprende el buen trato?
· Siendo bien tratado y teniendo claro que todo ser humano merece nuestro respeto.
El buen o mal trato se archiva en la “memoria emocional” de las personas.
¿Cuándo se aprende?
· Durante toda la vida y especialmente en los primeros años del desarrollo.
¿Dónde?
· En la familia. La familia es el “laboratorio social” por excelencia. Ahí se aprende la
forma de vincularse, de expresar emociones y de “estar con el otro”.
Los adultos somos modelos de aprendizaje emocional y por lo tanto de la
forma como :
resolvemos
conflictos,
expresamos
emociones
nos
relacionamos con los demás en todas las instancias de la vida.
promovemos
la buena convivencia
somos
claros en no permitir que los hijos hostiguen o descalifiquen a otros
promovemos
la confianza y seguridad en sí mismos
promovemos
la buena comunicación
promovemos
el desarrollo de destrezas sociales
promovemos
la capacidad para solucionar problemas
En el colegio el buen trato se pone en práctica
En nuestra permanente preocupación respecto a las condiciones que favorecen el ambiente
de aprendizaje en el colegio, y considerando que los padres están involucrados en ello en
forma importante y a la vez manejan información al respecto, los invitamos a compartir
algunas reflexiones sobre el tema del “hostigamiento” o “bullying”.
· “Bullying” es una palabra de difícil traducción, pero que se relaciona con el abuso,
la agresión física y verbal, la exclusión de los juegos o grupos, los sobrenombres
ofensivos y otras formas de desvalorizar a los demás, en forma directa o indirecta
y repetitivamente.
El buen trato y la buena convivencia, se enseñan a diario.
Se aprende, se vive, se contagia y se promueve principalmente en el vínculo con los
adultos cercanos.
· Estas conductas hieren, enojan, asustan a las personas y dañan su autoestima,
afectando la convivencia y la salud emocional de las personas
· El hostigamiento en general se da en un contexto de desigualdad: una posición
fuerte y otra más débil.
· Los problemas de convivencia humana han existido siempre y la mayoría de los
niños se enfrenta a este fenómeno alguna vez y desde muy temprano en la vida
social, y deben aprender sus efectos, cómo pararlo y la tolerancia y respeto que nos
debemos los unos a los otros.
· El concepto de “bullying” trasciende el ámbito escolar y se encuentra presente en
muchos espacios en los que conviven personas. Se trata de un problema de
interacción social.
· De acuerdo a lo anterior, también puede darse “bullying” dentro de la familia.
Si permitimos los garabatos, los golpes, las amenazas, etc. entre hermanos por
ejemplo, estamos permitiendo que se genere una plataforma para la violencia y
maltrato y por otra parte para el desarrollo de personalidades inseguras, tímidas, con
falta de destrezas sociales, las que muchas veces son un estímulo para ser
maltratadas.
· Para prevenirlo podemos enseñarle a los niños desde pequeños a reconocer y
expresar sus sentimientos en forma adecuada, ponerle límites a su conducta y
ayudarlos a cambiar cuando ésta es irrespetuosa.
Algunos ejemplos de lo que es y no es “bullying:”
NO ES BULLYING ES BULLYING
Una rencilla o pelea entre iguales. Un niño más grande o mayor golpea a uno
más pequeño.
Entre niños más o menos similares se
tratan con sobrenombres.
Un niño más grande o mayor insulta a uno
más pequeño de modo reiterado
Excluir a un niño del juego cuando está
transgrediendo las reglas que el grupo
se ha dado.
Excluir sistemáticamente a un niño de los
juegos, invitaciones, o actividades grupales.
Grupos de edades similares se
molestan.
Un grupo molesta, insulta, golpea, etc.
reiteradamente a una persona.
Discutir fuertemente con la persona y
decirle lo que piensa.
Hablar negativamente a una persona, echar a
correr rumores, en forma reiterada.
3
Si su hijo es quién hostiga:
· Es probable que su primera respuesta como padre sea a la defensiva; es difícil para
los padres oír que su hijo se está comportando abusivamente.
· Tome un poco de distancia de sus sentimientos y busque precisar lo que ocurrió a
través del relato de quién le informa; sobretodo, tenga en cuenta que la
conversación es acerca del bienestar de su hijo aunque la información no sea de su
agrado.
· En este caso, cuando converse con su hijo tome dos precauciones: no lo culpe, ni
busque “los por qué”, sino que céntrese en ciertos puntos clave:
El
maltrato no es aceptable en nuestra familia.
Si
te sientes enojado, frustrado o agresivo, hay algunas otras cosas que se pueden
hacer. No se olvide practicar o ensayar con su hijo algunas conductas alternativas.
Pregunte
como puede ayudarle en esto, y a quién pedirle ayuda en el colegio si se ve
envuelto en este tipo de situación nuevamente.
Sea
claro especificando las consecuencias que tendrá que enfrentar si repite esta
conducta en el futuro.
Como
usted desea cambiar la conducta, acoja los sentimientos de su hijo y enseñe cuál
es la conducta apropiada y no se olvide de valorarla en lo sucesivo.
Esté
atento a posibles señales de que algo más puede estar afectando al niño.
Si su hijo ha presenciado o sabe que en el colegio alguien está siendo hostigado, puede que
no esté seguro de cómo actuar. Asegúrese de que tanto su hijo como el niño afectado
tengan claro lo que es el hostigamiento o “bullying”, que deben contarle a los padres y al
colegio y explique por qué.
Si su hijo es víctima de hostigamiento:
· es posible que su primera reacción como padre sea tratar de protegerlo, o enfrentar
al agresor; tal vez quiera obligar a su hijo a que se defienda, y se sobreponga; o
quizás usted se sienta impotente ante esta situación. Puede que ninguna de estas
respuestas sea muy útil.
· Procure conseguir la mayor información posible acerca de lo ocurrido, evitando
culpar a alguien (incluso al agresor). Ponga atención a la conducta de su hijo y a su
estilo de interacción. Con esos antecedentes evalúe qué puede hacer para revertir la
situación.
4
· Si por otro lado decide conversar con los padres del otro niño, tenga en cuenta que
pueden reaccionar a la defensiva; plantee que su objetivo no es culparlos, sino
lograr un ambiente sano y acogedor para todos los niños.
· Tome contacto con el colegio lo antes posible para que lo apoyen, pero siempre
hable con su hijo de lo que usted va a hacer y por qué, especialmente con
adolescentes o preadolescentes,
ya que puede costar convencerlos que el colegio
sepa lo que está ocurriendo. Es necesario lograr un equilibrio entre lo que implica
velar por la seguridad física y emocional de ellos, pero al mismo tiempo estimular la
confianza en sí mismo y respetar su deseo de resolver personalmente el problema
apoyándolo en lo que requiera. Es importante para ello considerar la edad del niño,
su personalidad y lo que ocurrió.
Al conversar con su hijo analicen alternativas diferentes para enfrentar el
hostigamiento:
· Pedirle que no reaccione, que se aparte, y que busque ayuda si lo cree necesario.
· No discutir con el molestoso, alejarse.
· Enfrentarlo con seguridad. Si ésta resulta una alternativa viable, ayude a su hijo a
practicar respuestas posibles para que se sienta seguro en el momento que las
necesita, como por ejemplo, decirle claramente a los que molestan que paren, en
forma clara, firme y mirándolos fijamente a los ojos.
· Sugiera conductas preventivas, como permanecer con otros niños.
· Ser muy claro en que no tiene que enfrentar la situación solo.
· No permita que su hijo convierta esto en algo personal. Evitar que se eche la culpa
de lo que pasó.
· Instarlo a usar el sentido del humor.
· Está atento a señales de otros factores emocionales o de su personalidad que pueden
estar afectando al niño.
· Siempre informar al Profesor Jefe, y buscar ayuda de un adulto.
Esperamos que estas reflexiones sean un aporte, tanto para promover un ambiente de
aprendizaje saludable emocionalmente, como

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